Una de las cinco familias criminales de Nueva Capenna, los Mediadores son los abogados demoníacos del mundo del crimen. La población de la ciudad los ve como un bufete de abogados, pero en secreto creen en una profecía del fin del mundo: cuando el halo se seque, Nueva Capenna caerá. Mantienen oficinas de derecho público donde manejan asuntos mundanos como disputas de propiedad y agravios físicos, pero sus agresivos abogados tienen una dudosa reputación por estar en todas partes y aparecer en cada crisis de la ciudad. Están dirigidos por el demonio aven Falco Spara, el creador de las habilidades para redactar contratos de los que no es fácil escapar. La sede de esta familia es el Santuario de Nido, una lujosa oficina en el distrito central de Mezzio.
Los Mediadores son servidores antes que otra cosa, agentes de la cima de la cima y matones que se sienten cómodos en la parte inferior del barril: la armadura de sus trajes está ahí por una razón. Practicando un estilo único de magia ritualística inventada por su fundador, los Mediadores ofrecen sus servicios sin costo inicial a quienes los necesitan desesperadamente. Ya sea que los aborde una banda de remachadores mostrando sus puños en Caldaia o los arrinconen los asesinos de Maestros sedientos de sangre en Park Heights, ellos intercederán cuando se les llame, ofrecerán condiciones y lucharán en nombre de sus nuevos clientes. El precio es siempre el mismo: un favor, que se cobrará más tarde, a cambio de un beneficio (sus dientes, su negocio o su vida) que es difícil de rechazar en el momento de la transacción. Sus contratos demoníacos borran la memoria de la víctima; en consecuencia, tienen miles de agentes durmientes. En los días de la Vieja Capenna, eran los protectores y paladines del mundo, viajando de pueblo en pueblo, haciendo pactos de protección con los lugareños. Después de que se fundó la nueva ciudad, estos deberes se convirtieron en contratos de cupo.
En la actualidad la familia se enfoca en mantener una paz que beneficie a todos y mantenga la fachada de que esta es una ciudad con reglas y orden. La gente sabe que te mantendrán a salvo, lo quieras o no. A medida que Nueva Capenna ha crecido y se ha alejado más de su era fundacional, Falco, el otrora sociable defensor público, se ha retirado a su residencia en Park Heights, donde dirige a su gremio desde detrás de un escritorio y se ocupa de la teoría legal esotérica. Los susurros rodean su práctica: que trabaja para interpretar una profecía del fin del mundo que amenaza a toda Nueva Capenna, pero que en lugar de evitarla, guía a su familia para que se aprovechen de esta fatalidad que se avecina. Estos susurros son silenciados rápidamente por los socios principales, quienes en privado se preocupan de que la obsesión profética de Falco pueda hacer realidad sus peores temores.
Aunque los oficiales de los Mediadores tienden a vivir en Park Heights, alrededor del penthouse de Falco, sus oficinas principales están en el Mezzio. El Santuario de Nido es un complejo de oficinas brillante, limpio y bien equipado en el corazón del distrito, con despachos de abogados y bufetes de defensa de fácil acceso abiertos al público a todas horas. Sus áreas prohibidas albergan áreas de entrenamiento, armerías y dormitorios para abogados y nuevos reclutas. Falco Spara también tiene aposentos en Nido, aunque ya casi nunca los usa ni frecuenta la firma, ya que el texto de su profecía se guarda en su bóveda acorazada.
Falco Spara
Los cimientos de Nueva Capenna se encuentran envueltos en una niebla producida por el tiempo, el paso de las generaciones y la magia. Pocos seres tienen un recuerdo claro del comienzo de la ciudad, pero el primero entre ese exclusivo grupo es el jefe de los Mediadores: Falco Spara. Criado durante los días de fundación de Nueva Capenna, Falco Spara es una mente rigurosa y exigente: ha creado a sus corredores para que se conviertan en los protectores profesionales del más alto nivel de la ciudad entera. Sus pactos y contratos son vinculantes, a veces literalmente, y brindan protección a sus signatarios a cambio de una deuda, que se reclamará en una fecha posterior. Para aquellos que necesitan aún más protección, Falco ha entrenado a sus corredores en una magia de protección sin igual, ofreciéndolos como guardaespaldas personales y protectores a cualquier persona que pueda permitírselo. Falco se encuentra en la cima del mundo, todo un señor de Park Heights, y aada una de las otras cuatro familias confía en sus Corredores para su protección, así como gran parte de la élite cívica y social de la ciudad.
Lagrella
Lagrella, la Urraca, es una de las ejecutoras más temidas y respetadas de los Mediadores. Una maga contratado en la órbita personal de Falco, a Lagrella se le permiten ciertas licencias con los acuerdos que supervisa: «un poco por encima» de cada transacción es la tarifa esperada que todos los corredores cobran por su trabajo, por lo que Lagrella toma lo que se le debe y quizás un poco más. La temible reputación y el apodo de Lagrella provienen de los rumores sobre lo que hace con su dinero: tiene una colección de peces exóticos que guarda en su ático en un tanque enorme. En ese tanque, hay un jardín de estatuas de oro y plata: figuras de tamaño natural que capturan con desgarrador detalle los rostros de las personas que alguna vez rompieron sus contratos. Elogiada incluso por los Maestros por la calidad de estas esculturas, solo Lagrella sabe la verdad: esas estatuas son esos infractores de contrato, sumergidos en metal fundido y dejados caer en su pecera para descansar por la eternidad.
Rigo
A pesar de su exclusividad en Park Heights, la familia de los Mediadores nunca descarta la fuerza de la comunidad o el conocimiento que proviene de las calles. Mirar hacia arriba, dicen, es mirar hacia adelante. Algunos de sus mejores ejecutores y magos de contratos provienen de luchadores, niños de Caldaia y Mezzio que se esfuerzan por entrar en la familia y mantener ese impulso con ellos para ascender en las filas del gremio. Rigo era uno de esos niños: nacido en las calles del Mezzio, Rigo soñaba con trabajar con los ángeles de Nueva Capenna, con los Mediadores muy cerca en segundo lugar, por lo que se apresuró a llamar la atención de los reclutadores. Cuando era joven, Rigo construyó su propia red de periodistas, carteristas, limpiabotas, mozos y mensajeros para mantenerse siempre informado, elegante, alimentado y por qué no, pagado por debajo de la mesa. Tuvo éxito y se encontró rápidamente adoptado por los Mediadores, avanzando y escalando posiciones rápidamente hasta llegar a las firmas más finas en Park Heights. No obstante, nunca ha perdido el impulso de ese niño luchador. Si bien ahora es un Mediador de pleno derecho, siempre se ofrece como voluntario para servir en el Mezzio, prestando especial atención para cuidar a los niños que tanto le recuerdan a él.