El Cronista

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Ilustración: «The Pirate Chronicler» by Bob Kehl

Bienvenidos a nuestra nueva serie de artículos sobre «Héroes de Eberron», en la que nos adentraremos en ciertos arquetipos de ese entorno de campaña y te daremos algunas piezas clave en caso de que te provoque jugarlo en una campaña. La mayoría de los arquetipos funcionan bien para personajes de cualquier clase y raza, pero hay algunas que resultarán más cliché que otras. No existe ningún beneficio mecánico al elegir un arquetipo: De hecho, en lo que nos centraremos es únicamente en sugerencias para desarrollar el trasfondo, la personalidad y los gestos de tu personaje. Es por ello que cada uno en esta serie de artículos estará dividido en dos partes: Aventuras incluirá tus motivaciones, mientras Personalidad se refiere a distintas características usuales en este tipo de héroes. Al final del artículo, te daremos un ejemplo de un personaje construido en base a dicho arquetipo. Sin más, hoy les presentamos al Cronista.

Cuando puedes vender una historia a una publicación como «La Crónica de Korranberg» o el «Investigador de Sharn», todo lo que lo que sucede a tu alrededor comienza a parecer una historia que necesita ser escrita y compartida. Buscas aventuras donde puedas encontrarlas, pero a veces actúas más como un observador que un participante.

Aventuras

Creciste leyendo sobre la Última Guerra en las páginas de la Crónica de Korranberg, y pensaste que todo sonaba muy emocionante. Te imaginaste acurrucado en una carpa cerca del frente, garabateando un despacho que enviarías de vuelta a Korranberg para ser leído por el público a lo largo y ancho de las Cinco Naciones. Por supuesto, una vez que finalmente conseguiste un trabajo escribiendo para una pequeña crónica local, pasaste más tiempo hablando con los agricultores sobre sus cultivos de lo que hiciste haciendo algo que se parezca incluso remotamente a una aventura. Pero lo que importa es que lo lograste eventualmente: viajas con un grupo de aventureros, escribes sobre tus experiencias, y vendes las historias a cualquier crónica que las compre. Al menos, a veces vendes las historias. El criterio principal por el cual juzgas si emprender o no una aventura es si crees o no que se convertirá en una buena historia. Por «buena historia», podrías entender una que sea dramática y emocionante, aunque a veces lo cómico también vende bien. Otros factores son menos importantes para ti: ¿Tu participación marca la diferencia en el mundo? ¿Hay vidas inocentes en riesgo? ¿La aventura en sí paga bien? Todo esto sólo será relevante si lo conviertes en un buen relato. Si alguien quiere contratar a un grupo de guardaespaldas para un viaje en caravana, es posible que no muestres ningún interés en absoluto, hasta que te enteres que un importante noble o un famoso diplomático están viajando incógnitos en una misión misteriosa. ¡Eso es a lo que llamas una buena historia!

Personalidad

Los cronistas jóvenes abordan su tarea con exuberante entusiasmo, emocionados ante la perspectiva de convertir sus experiencias en cuentos apasionantes que emocionarán a una nueva generación de lectores. Es posible que con el tiempo tu actitud positiva se haya contagiado de cierta cuota de cinismo, pues es fácil caer en el cansancio y la rutina de usar palabras bonitas para hacer que los horrores de la guerra o los terrores del mundo suenen excitantes. Pero bueno, la emoción vende historias, así que harás que la historia sea tan espeluznante como sea posible para poder venderla.

Toma notas de todo lo que tus compañeros hacen, incluso luchando con la tentación de salir de combate por un momento o dos mientras terminas de garabatear tus notas sobre los eventos que llevaron al combate (nunca lleves esto al extremo de que tus compañeros se enfaden, claro, pero si ya están en las que claramente serán las últimas rondas y tienes un rol de apoyo, adelante). Lo más importante: actúa como si fueras un personaje en una historia que se contará en todo el mundo: sé dramático, sé dinámico, toma riesgos y vive a lo grande.

Ten en cuenta que las palabras son tu medio de vida, así que habla mucho. Describe tus propias acciones como si las estuvieras escribiendo para una audiencia popular. Podrías referirte a ti mismo en tercera persona, ya sea por tu nombre, tu apodo o incluso como «nuestro intrépido cronista» o «su humilde testigo de los acontecimientos». Describe las acciones de tu compañeros y enemigos de la misma manera: cuando tus compañeros hacen algo dramático o memorable, narra lo que sucede mientras sigues luchando.

Un cronista

Regalus Glitterdust es un reportero que trabaja para la Crónica de Korranberg. Cuando se inició en la profesión, usaba sus armas (ilusiones y encantamientos) para descubrir secretos escandalosos, conspiraciones y corrupción en los gobiernos. Su constante trabajo exponiendo criminales lo convirtió en un valioso aliado de aventureros buscando información sobre determinados personajes, y es así como Regalus cambia ligeramente su cartera y empieza a relatar las hazañas de quienes se dedican a derrocar malhechores para llevarlos a la justicia. Si bien muchas veces sus historias resultan exageradas, Regalus siempre tiene una base bien cimentada en la verdad: en la medida de lo posible, se las ingenia para unirse a diversos héroes siempre que hacerlo no entorpezca sus objetivos (y bueno, en algunas ocasiones lo hace igual muy a pesar de eso… a decir verdad, lo hace con frecuencia).

Regalus es un gnomo bardo (Colegio de Glamour) con el trasfondo de cazarrecompensas urbano.

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Alejandro G dice:

    Qué genial vivir aventuras y contarlas todas en un periódico… uno puede hasta hacerse famoso como Julio Verne jeje

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