La provincia de Kessig consiste en amplias tierras de cultivo rodeadas por densas franjas de bosques muy oscuros. Estos bosques son el escondite y refugio de hombres lobo, fantasmas y otras amenazas sobrenaturales, mientras que las tierras de cultivo mantienen un medio de vida rural difícil para los humanos en la región.
Durante la mayor parte del año, los bosques, llenos de álamos, abedules y arces hacen rebotar el eco de los aullidos, todo rodeado por troncos oscuros y sinuosos y una niebla constante y colgante. Los árboles tienen hojas anchas en rojos, dorados y verdes apagados, y el suelo del bosque está empapelado con hojas húmedas. Ulvenwald, el Bosque en Brumas, tiende a aislar a Kessig de las otras provincias, ya que los viajeros están sujetos a ataques de hombres lobo, apariciones de todo tipo de espíritus y simples pero misteriosas desapariciones en la niebla. Por la noche, los colores otoñales de Ulvenwald se vuelven intensos y acerados bajo el brillo plateado de la luna. Las únicas manchas de color que aparecen son los ojos luminosos de los animales y los fuegos fatuos de las apariciones relucientes.
Cultura
Para os habitantes de Kessig, la vida es trabajo: en su mayor parte, son agricultores, molineros, tejedores y canteros. Son cercanos a la tierra y deben trabajar duro para ganar su comida. Esto los hace autosuficientes, pragmáticos y francos. Ellos no compran herramientas en una tienda; ellos mismos las forjan. No aprenden aritmética ni memorizan los nombres de las familias reales; aprenden las fechas de cosecha y las formas de las malas hierbas comestibles. No citan grandes obras literarias; hablan con palabras sencillas.
Tanto como son prácticos y honestos, también son testarudos y sin pretensiones, y el realismo frontal de la religión de Avacyn encaja perfectamente en su cosmovisión. Si bien creen en «la tierra labrada bajo nuestro, los muros de piedra tallados a mano alrededor nuestro y el ángel que nos protege volando encima nuestro», no confían en las botas brillantes de los cátaros de las grandes ciudades, las uñas prístinas de los cazadores de fantasmas de Gavony o los decretos fuera de contexto transmitidos por los aristócratas de la Ciudad Alta de Thraben.
Desde que Avacyn desapareció el año pasado, la iglesia de Thraben ha ocultado la verdad de su desaparición a los habitantes de Innistrad. Los habitantes de Kessig, por su parte, saben que Avacyn no ha aparecido con tanta frecuencia en días recientes, y hay escépticos y chismosos que creen que algo le ha pasado. Mientras tanto, los ataques de hombres lobo han empeorado y las apariciones de espíritus son más frecuentes. Hay una creciente sensación de pánico en todo el campo. Por ello, recientemente se emitió un nuevo decreto a través de los sacerdotes y cátaros locales. Como medida destinada a proteger a los ciudadanos contra los hombres lobo y otros cazadores nocturnos, la ley establece que los plebeyos de Kessig que salen después del anochecer deben usar un amuleto de plata bendita. Los amuletos fueron elaborados y bendecidos en la Ciudad Alta de Thraben y tienen un potente efecto contra los licántropos, pero su cantidad es limitada, y algunos sacerdotes han comenzado a repartirlos en forma preferente, a cambio de favores o promesas de protección. Desde la institución de lo que se ha llamado «el toque de queda de plata», las relaciones entre Kessig y Gavony han empeorado al punto en que los locales han comenzado a rechazar los envíos de mercancías de Gavony y a negar el servicio a los viajeros de esa provincia.
La superstición y el miedo a las criaturas sobrenaturales se han abierto camino en la etiqueta de Kessig. Cuando conoces a alguien por primera vez, es de buena educación mostrar que estás usando un artículo hecho de plata (aunque la plata se puede falsificar fácilmente y solo la plata bendecida tiene un poder protector real). Las coronas de madera viva se dan comúnmente como obsequio, y a menudo se colocan en la puerta de una casa donde acaba de nacer un niño, un gesto destinado a proteger la vida del niño de los vampiros (aunque la madera y su eficacia mueren después de unos pocos días). También es costumbre comer sopa de raíces agrias antes de viajar, o ayunar hasta un día antes de un viaje largo, hábitos que se cree que los hacen menos atractivos para los hombres lobo y otras bestias hambrientas. Finalmente, es tradicional en Kessig celebrar la vida de una persona en el aniversario de su muerte, una ceremonia alegre llamada Sleep Revel, siempre que el difunto haya permanecido exitosamente en el suelo tanto tiempo (en lugar de resurgir como un ghoul, geist u otro demonio sobrenatural). El sueño continuado e ininterrumpido de los antepasados se considera casi una bendición mayor que la continuación de los cumpleaños de los parientes vivos.
Amenazas
Varias manadas cazan en Kessig, al igual que muchos hombres lobo solitarios. La manada de Mondronen domina la región a lo largo de casi todo el año, pero durante la temporada de Luna Nueva, la manada de Leeraug aterroriza a las aldeas de Kessig. En alguna ocasión, se dijo que en Kessig, «los hombres lobo superan en número a los sacerdotes». Muchos licántropos solitarios viven en secreto entre los pobladores, demasiado temerosos de las represalias como para revelarse, pero demasiado apegados a sus familias y raíces como para irse. La sospecha y la especulación corren desenfrenadas entre los plebeyos de Kessig, alimentadas por exageraciones imbuidas de miedo y anécdotas mal recordadas. Cada poblador tiene puntos de vista contradictorios sobre cómo detectar, cazar o curar a los hombres lobo, cuántos existen, qué los mantiene a raya y qué significa todo esto para la humanidad.
Las apariciones fantasmales son superadas solo por los hombres lobo en términos de peligro para los habitantes de Kessig, y los geists pueden causar un daño psicológico aún mayor. Los geists en esta región son espíritus salvajes de la naturaleza, propensos a burlarse o aterrorizar a la vida civilizada. Pueden ser flamas frías hechos de un fuego surrealista, así como poltergeists traviesos que empujan al mundo físico a través del poder de su indignación, o nieblas de sangre que envuelven y devoran a los vivos. Pueden ser hermosos espíritus de la naturaleza ataviados con enredaderas y espinas, pueden poseer bestias cuyas bocas y ojos brillan de forma espeluznante, o incluso vengativos destructores de cosechas que molestan tanto a los agricultores como a los druidas.
Kessig está tan devastado por los hombres lobo que muchos otros entes sobrenaturales han sido llevados casi a la extinción, aunque ocasionalmente aparecen especímenes raros. Hace mucho que no se ve en Kessig diablos o demonios, pero una fisura humeante llamada Devils’ Breach se encuentra en las altas colinas de piedra en el borde de la provincia, y amenaza con desbordarse pronto con actividad demoníaca. Los zombis creados alquímicamente (skaabs) se han convertido en una especie de símbolo de los males de la gran ciudad; y los campesinos a menudo equiparan la alquimia nigromántica con el comercio del mercado negro, la prostitución y la herejía religiosa.
Geografía
Los caminos principales que conducen a Kessig desde las otras provincias tienen cruces plagados de peligros, lo que lleva a los viajeros a través del Ulvenwald y también por pendientes traicioneras, por lo que aquellos que hacen el viaje lo hacen lo más rápido posible. Muchos a veces se refieren colectivamente a estos caminos como el «Paseo vertiginoso».
Lambholt es un pueblo agrícola en el centro de una gran área llena de pastizales para ovejas, cabras y ganado. Los pastos cerca de la ciudad alguna vez se mezclaron con bosques que estaban unidos al Ulvenwald, pero los ganaderos talaron casi todos los árboles para hacer espacio para sus granjas. Los aldeanos de Lambholt celebran un festival de la cosecha con la salida de la luna roja, trabajando hasta altas horas de la noche a la luz de las hogueras y preparando grandes banquetes de carne fresca y verduras. Últimamente, a medida que el poder de los santuarios protectores de Lambholt se va desvaneciendo y los ataques de hombres lobo volviéndose más frecuentes, el tono del festival de la cosecha ha cambiado. Ahora, lo más destacado del festival es un gran concurso de cazadores, en el que guerreros y campeones sacerdotales salen a cazar por los alrededores de Ulvenwald, tratando de matar a la criatura sobrenatural más poderosa. Muchos nunca regresan.
En donde antes estaba la sede del condado de Kessig, hoy en día yace una ruina de madera y ladrillo. Hace solo un año, era una pequeña ciudad próspera de casas señoriales llamada Avabruck, y todavía se pueden encontrar letreros entre la madera astillada y las puertas rotas que dicen «Avabruck» con pintura alegre. Pero un nombre más vulgar se ha abierto paso entre quienes hablan de la localidad: Hollowhenge. Hace un año, después de que el poder protector de la magia avaciniana comenzara a menguar, las barreras alrededor de la catedral central de Avabruck, el Templo de San Raban, fallaron. Los hombres lobo solo tardaron dos noches en descubrir esta brecha en la protección. La manada Mondronen arrasó la ciudad, masacrando a cualquiera en su camino, cargando directamente hacia el Templo. Allí tomaron sitio, derribaron la catedral y se deleitaron con quienes intentaron atacarlos. Los magistrados de la ciudad dieron la orden de evacuar, pero las comunicaciones se volvieron caóticas y muchos residentes optaron por refugiarse en sus hogares.
Siete días después de la ocupación de Mondronen, los hombres lobo salvajes promulgaron algún tipo de ritual de sangre desconocido. Una fuerza mística arrasó la ciudad desde el centro hacia afuera, aplastó la mayoría de las estructuras de la ciudad y mató a cientos. Solo quedó el anillo más externo de los edificios de Avabruck, formando un círculo de estructuras abandonadas alrededor de la devastación interna. Los intentos de rescate se encontraron con más ataques de hombres lobo. Con el paso del tiempo, la ciudad fue abandonada, incluso por la manada que la destruyó. Ahora sólo los fantasmas salvajes y aterrorizados y el ocasional carroñero se pelean entre las ruinas. Se dice que todos los que murieron en la explosión de la catedral aún permanecen dentro de los muros de Hollowhenge, tratando en vano de reconstruir sus hogares o recuperar a sus seres queridos perdidos. Algunos espíritus son espectros profundamente enojados y feroces, peligrosos para todos los que buscan en su interior. A pesar del peligro, los viajeros a menudo pasan cerca de Hollowhenge, ya que la antigua sede del condado se encuentra en el cruce de dos vías principales en Kessig.
Lejos de las ciudades, fuera de los caminos trillados por los carromatos y a través de las bóvedas del bosque primitivo, se ha abierto en la tierra una fisura conocida como la Brecha del Diablo. El humo y el calor surgen del abismo, oscureciendo sus profundidades, y voces espeluznantes murmuran y se carcajean. Los tramperos afirman haber visto demonios literales cerca de allí, pero hasta ahora, la influencia de las fuerzas demoníacas no se ha sentido con fuerza en Kessig.
Leyendas de Kessig
Halana y Alena trabajan juntas para evitar que los monstruos se aprovechen de la gente en la zona rural de Kessig. Compañeras de trabajo y vida, son rastreadoras, cazadoras y protectoras que viven en las profundidades del oscuro Ulvenwald. Ambas defienden a los viajeros a través del bosque, guiándolos hasta el cercano pueblo de Gatstaf utilizando todos sus recursos para encontrar los monstruos que representen una amenaza, siendo particularmente hábiles cazando hombres lobo.
Arlinn Kord fue una vez una archimaga de la Iglesia de Avacyn hasta que se reveló su secreto licántropo. La desesperación encendió su chispa de planeswalker, y en otros planos descubrió que podía controlar su forma de hombre lobo, y eventualmente aprendió a cambiar de forma a voluntad. A pesar de su animosidad hacia la Iglesia, apoyó su lucha contra los Eldrazi.
Cuando un humano de Innistrad piensa en una manada de hombres lobo, piensa en la Krallenhorde, la más grande de Kessig. El Krallenhorde ha existido durante décadas, compuesto por entre cincuenta y más de doscientos hombres lobo, según la disponibilidad de presas y la fase de la luna, y se caracteriza por ser la más heterogénea de las manadas de aullidos, incluyendo una mezcla de hombres lobo arrepentidos y desenfrenados, y otros provenientes de todas las provincias de Innistrad. El alfa de Krallenhorde es actualmente el hombre lobo Ulrich, un libertino astuto y perceptivo que permanece en la naturaleza y corre con la manada de aullidos incluso en su forma humana.
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