Aprecia un dragón: Nicol Bolas

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Nicol Bolas es considerado por muchos jugadores de Magic (incluyéndome) como el mayor antagonista dentro de la historia del juego y por eso es que decidí hacer este resumen sobre él celebrando el día de hoy, 16 de enero, en que mostramos aprecio por un dragón.

A diferencia de los dragones normales, Nicol Bolas se para sobre dos patas y usa su larga cola para mantener el equilibrio. Su rostro es aplanado y ancho, con una boca y rasgos humanos. Sus cuernos se curvan hacia arriba, enmarcando un orbe suspendido entre ellos, y sus enormes alas se extienden detrás de él. Cuando exhala fuego, su aliento está teñido con magia nigromántica. En su momento, Bolas fue el planeswalker más poderoso del Multiverso. Junto con su gemelo Ugin, son posiblemente los seres vivos más antiguos de Dominaria.

Al igual que los otros Dragones Primigenios, Nicol Bolas fue engendrado por el Ur-Dragón. Mientras que todos los demás huevos generaron solo un dragón, Nicol y Ugin se despertaron juntos, se nombraron juntos y tocaron el suelo de Dominaria en el mismo instante. Cuando vieron a su hermana recién nacida, Merrevia Sal, siendo asesinada por humanos y sus perros, Nicol expresó su indignación, pero Ugin lo convenció de que no la ayudara no sólo para poder preservar sus propias vidas, sino además para buscar más conocimiento y encontrar a sus hermanos. Inspirado por el sol, a quien describió como brillante e intrépido, y por su éxito al matar a uno de los sabuesos, Bolas adquirió la noción de que este multiverso es un lugar de «cazadores y cazados».

Miles de años antes de la Guerra de los Hermanos o incluso del Imperio Thran, los Dragones Primigenios se vieron envueltos en un conflicto que duró miles de años. Nicol Bolas fue quien salió victorioso, aunque hubo sobrevivientes además de él, entre ellos Arcades Sabboth, Chromium Rhuell, Palladia-Mors y Vaevictis Asmadi. El último enfrentamiento de la guerra tuvo lugar en Jamuraa, entre las tropas del propio Bolas y Arcades Sabboth. Solo la intervención inesperada de Ugin evitó la derrota final de Sabboth. La guerra terminó allí y en ese momento, porque en la ira y la envidia por el estatus de caminante de planos recién revelado por Ugin, la chispa del propio Bolas se encendió.

La malicia y el poder que Bolas acumulaba llegaron a conocimiento del caminante de planos Azor, quien ideó un plan con Ugin para encarcelarlo permanentemente. Para ello pretendían usar la chispa de Azor para crear un artefacto que bautizaron como el Sol Inmortal, cuyo poder impedía el viaje entre planos. Azor convocaría a Bolas al plano de Ixalan, de donde no podría escapar. Sin embargo, Bolas descubrió el plan gracias a que Azor dejaba pistas sobre sí mismo en las diversas culturas de planos en los que había estado. En un esfuerzo por frustrar su plan, Bolas viajó a Tarkir en donde encontró a Yasova Dragonclaw, Khan del clan Temur. Bolas le dio a Yasova una visión de un Tarkir pacífico e idílico lleno de huesos de dragones, un futuro que se cumpliría si ella realizaba un ritual para invocar a Ugin. Después de una batalla cataclísmica, Bolas finalmente pudo derrotar a su gemelo: Ugin murió a causa de las heridas físicas y mágicas que Bolas le había infligido. No obstante, Sarkhan Vol viajó atrás en el tiempo y salvó a Ugin encerrándolo en un capullo de edro inmediatamente después de que terminó la batalla, preservando su espíritu en un estado de animación suspendida.

En Madara, Bolas descubrió tres líneas de maná (azul, negro y rojo) que se cruzaban en un solo punto. Para adueñarse de ellas, mató a la entonces Emperatriz de Madara y erigió su Santuario Imperial en el punto designado. A partir de ese momento, reinó durante 400 años como Dios-Emperador de Madara. Desafortunadamente, Bolas creó su propio peor enemigo en la forma de su Campeón Imperial, Tetsuo Umezawa. Después de varias pruebas, Tetsuo renunció a su título y declaró su intención de matar a Bolas, matando al regente del dragón. En un ataque de ira, Bolas abandonó su cuerpo para seguir el espíritu de Tetsuo al Plano de Meditación, sin saber que era una trampa. Usando el hechizo Meteor Hammer, Tetsuo destruyó el Santuario Imperial de Bolas con su cuerpo físico dentro, cortando completamente el ancla del dragón a Dominaria. No obstante, como resultado de su conexión con una grieta temporal, un remanente fantasmal de su fuerza vital aún permanecía en la costa de Madara, dejándolo atrapado entre el mundo material y el Reino de la Meditación.

A medida que las fisuras temporales se expandieron durante la crisis de Espiral del Tiempo, Bolas pudo volver a manifestarse en Madara, aunque como una sombra inmaterial. Usando la chispa latente de caminante de planos de Venser, finalmente pudo escapar de su prisión y renacer completamente en el mundo físico, recuperando su cuerpo al sacar una copia de él a través de la grieta desde un punto anterior en el tiempo. Bolas regresó a Madara, en donde fue emboscado y desafiado por Leshrac, a quien derrotó tras una épica batalla. Luego, le confesó a Teferi que asumió la responsabilidad de cerrar la grieta temporal de Madara usando la fuerza vital de Leshrac para ello. Si bien el multiverso fue salvado, la Restauración se había iniciado, y con ella, un cambio en la naturaleza de la chispa de caminantes de planos que Nicol Bolas no estaba dispuesto a aceptar.

Bolas dirigió su atención a Amonkhet, atraído por el lazotep, un exótico metal con una muy particular reacción con la nigromancia. A su llegada se encontró con la oposición de los ocho dioses del mundo, y a pesar de su poder menguante, el Dragón demostró ser un enemigo formidable, arrasando con la población y expulsando a los dioses ante él, hasta que se reunieron en la ciudad de Naktamun para una última y desesperada resistencia. Cuando Bolas pudo atravesar la barrera protectora de la ciudad, lanzó un hechizo que mató a todos los adultos del plano, debilitando a los dioses lo suficiente como para someterlos y corromperlos para que lo adoraran a él. Tres dioses fueron apartados y retorcidos en sus formas para servirlo completamente, mientras que los dioses restantes simplemente estaban controlados mentalmente. Usando no-muertos para criar a los niños, construyó monumentos y escribió profecías que hablarían de su glorioso regreso.

En Zendikar, Bolas se dio cuenta de la naturaleza volátil del plano e investigó el Ojo de Ugin. Envió a Sarkhan y manipuló a la piromante Chandra Nalaar y el mentalista Jace Beleren para enfrentarse en él, liberando a los Eldrazi probablemente con la esperanza de que el evento atrajera a una horda de planeswalkers para cosechar sus chispas, lo que no sucedió. La Gatewatch, formada para detener a los titanes Eldrazi en Zendikar, puso sus ojos en el dragón para intentar detenerlo, sin saber bien cuáles eran sus planes. Cuando cada uno de ellos atacó a Bolas con sus propios métodos, éste demostró ser resistente a ellos e incluso condescendiente. Regocijándose en su victoria, Bolas celebró los primeros pasos en su plan para reclamar su poder robado.

Bolas envió a Tezzeret a Kaladesh para buscar un portal planar. Simultáneamente, envió a Vraska a Ixalan para reclamar el Sol Inmortal. Tras conocer a Azor allí, Jace empieza a deducir que algo en el plano de Ravnica es de gran interés para Bolas, que mientras tanto había convertido a cinco planeswalkers a su lado y les había dado a cada uno el control de un gremio. Influenciado indirectamente por Bolas, Niv Mizzet convierte el proyecto Lightning Bug en un faro para llamar a otros caminantes de planos a Ravnica, siendo la tercera parte del plan de Bolas: tras atraerlos, los atrapó allí mediante el uso del Sol Inmortal, recurriendo al Elderspell para cosechar las chispas de los caminantes y recuperar así su poder.

Los sucesos de la Guerra de la Chispa vieron a Liliana como general de su horda de no muertos, que al rebelarse contra Bolas hace uso de los dioses de Amonkhet para enfrentarse al dragón, ante lo cual Bolas activa su contrato demoniaco para desintegrarla: sin la intervención y sacrificio de Gideon, sin duda Liliana hubiera perecido. Niv-Mizzet atravesó a Nicol Bolas por la espalda con la lanza de Hazoret, la misma que contenía un poco de su esencia, por lo que pudo dañarlo. El trabajo en conjunto del resto de caminantes hizo el resto hasta que Ugin decidió revelarse telepáticamente a Jace, explicándole que necesitaba a Bolas vivo, pues ambos habían engañado antes a la muerte. La forma más segura de neutralizar a Bolas era encarcelarlo y engañar a todos para que pensaran que había muerto. Ugin tuvo éxito, y hasta hoy vigila que su hermano no pueda abandonar su prisión en el Plano de la Meditación.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Alejandro G dice:

    Todo parece indicar que es un dragón bastante malo, ¿no? jajaja

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