«Héroes de Eberron» es una serie de artículos que usamos para adentrarnos en arquetipos que son particulares a este entorno de campaña, ofreciendo algunas piezas clave en caso de que te provoque jugarlo en otro escenario: si bien la mayoría de los arquetipos funcionan bien para personajes de cualquier clase y raza, hay algunas que resultan más cliché que otras.
Ahora bien, cada artículo está dividido en dos partes: Aventuras incluirá tus motivaciones, mientras Personalidad se refiere a distintas características usuales en este tipo de héroes. Al final del artículo, te daremos un ejemplo de un personaje construido en base a dicho arquetipo. Hasta hora, hemos hecho ya el cronista, el inquisitivo, el erudito, el devoto, el forastero, el cazador de monstruos, el vástago y el renegado. Sin más, hoy les presentamos al Campeón de la Profecía.
«Nada puede detenerme. Nací para esto, es quien soy.»
– Corvus Storileq, druida de Argonessen
Una de las leyendas más antiguas en la historia de Eberron es la del origen del mundo: los tres dragones progenitores, Khyber, Eberron y Siberys crearon el Plano Material a través del conflicto entre los tres. Algunos dicen que Khyber mató a Siberys, solo para ser atado por Eberron; los tres dragones se convirtieron en el mundo (Eberron), la infroscuridad (Khyber), y el anillo en los cielos (Siberys). La mayoría de la gente está familiarizada con esta leyenda; tanto es así que la mayoría de las religiones comúnmente la aceptan como cierta, con otras deidades y poderes surgiendo en la era que siguió. Pero son muy pocos los cuentos que explican el por qué de la leyenda. Algunos eruditos dicen que Khyber y Siberys se enteraron de un secreto relacionado con el destino del universo mismo, y que lucharon para controlar dicho poder. Ningún humano sabe la verdad de esta leyenda, por supuesto, pero los dragones de Argonnessen son mucho más antiguos que la humanidad: Ellos son los verdaderos hijos de Siberys y han dedicado decenas de miles de años al estudio de ese antiguo misterio.
La Profecía Dracónica se manifiesta de muchas y variadas formas, incluso en seres vivos con marcas dracónicas. Los Campeones de la Profecía siempre se han sentido especiales, pero nunca han sabido exactamente por qué, y quieren averiguarlo.
Aventuras
Desde que eras joven, has tenido un instinto que te ha hecho sentir especial. A medida que creciste y viste cada vez más del mundo, aprendiste sobre la Profecía Dracónica y comenzaste a reconocer que tienes algún papel que desempeñar en ella, aunque no sabes exactamente cuál. Poco a poco, te diste cuenta de que la razón por la cual te sientes especial es por tu conexión con la Profecía, y si bien has descubierto indicaciones tangibles y concretas de tu papel en ella Profecía, tu comprensión de la misma aun es muy sutil e indirecto, como un susurro dentro de tu cabeza cuando te concentras en escucharlo. Ese mismo susurro a veces imparte orientación sobre el futuro porvenir en momentos clave de la tu vida, lo que refuerza el sentido de tu importancia en los mecanismos del universo.
Adicionalmente, podrías haber descubierto alguna referencia a ti en textos antiguos que se refieren a la Profecía o incluso un agente de los dragones de Argonnessen te han visitado para hacerte saber de tu rol en ella. Independientemente de la forma en que te enteraste de su destino, lo has abrazado. Tu entrenamiento te ha preparado para los desafíos que enfrentarás pues sabes que no pocos intentarán interponerse en tu camino. Eres una pieza clave en el destino, un representante del futuro, y no se te puede detener.
Personalidad
Tu ascenso a la inmortalidad es tanto un asunto colectivo como una experiencia individual. Atado como estás a la Profecía Dracónica, eres una parte fundamental en una narrativa que se extiende hacia adelante y hacia atrás. Los que estudian la Profecía sabrán tu nombre, y con el tiempo inspirarás las acciones de futuros Campeones. Avanzarás los acontecimientos de la misma, y cuando ésta llegue a su conclusión, habrás sido una parte tangible de ello y tu marca será innegable. Dicha majestuosidad e importancia marcan la forma en la que tomas tus decisiones y en la que interactúas con los demás.
Ahora bien, como jugador, sabes que siempre que alguien intenta evitar una profecía, para bien o para mal, el resultado final de sus acciones es justamente que se cumpla la profecía. Cuanto más luchan por impedirlo, más ineludible se vuelve su destino. Cuando un héroe intenta evitar la liberación profetizada de un antiguo mal, sus acciones lo ayudarán a escapar porque el DM ha planeado una campaña al respecto: no antagonices con su historia, abrázala y haz que forme parte de tu desarrollo como personaje. Pregúntale y transa con él cómo es que la profecía involucra tu personaje. Después de todo, cuando el Gran Villano intenta masacrar a todos los miembros de un determinado pueblo para matar a aquel que está profetizado que acabará con ellos, sólo conseguirán crear al héroe al que temen, porque «el Destino lo dice así», y ése bien podrías ser tú. Puedes para ello usar uno de estos dos cursos:
- al creer que la Profecía se refiere a ti, tus esfuerzos preventivos para evitar su supuesta perdición, termina creando las mismas circunstancias mediante las cuales se cumple; o
- habiendo tomado las medidas preventivas, el DM se encargará de que sin darse cuenta caigas directamente en manos de la profecía.
A veces te puedes expresar de forma críptica, pero no es necesario abusar de ello, o hacer que tu personaje siempre use rimas: sin embargo, ciertos elementos textuales siempre pueden llamar su atención cuando su vida parece girar en torno a ellos: un mecanismo común es el hecho de que en realidad nadie comprende el verdadero significado de la profecía, y por ende cada uno tiene su propia interpretación de la misma. Cuando un elemento literal del texto profético se presente (un amanecer, un trueno, una conjunción de astros) haz que tu personaje sea extremadamente cauteloso, evitando el resto de los demás elementos.
Un Campeón de la Profecía
Corvus Storileq siempre fue un extraño en su tribu. Compuesta mayormente de humanos, los bárbaros de Seren usualmente adoptan visitantes que quieren quedarse con ellos, lo cual fue el caso de los padres de Corvus. Apreciar a los dragones en sus distantes vuelos sobre la bahía encendió su interés, pronto convertido en obsesión con su furia incontrolable y majestad depredadora. Siempre había tenido talento para batalla y ganó estatus como guerrero en su clan, pero pronto se cansó de las pequeñas disputas que le impedían acercarse a los dioses: esos gigantescos seres de apariencia reptiloide e inmensa sabiduría.
Desilusionado por la servidumbre que debía a su tribu, esperó a que sus padres fallecieran para buscar su propio camino. Una voz en su mente lo llevó a internarse en Argonnessen, una tierra vibrante donde los dragones llenan los cielos. Sus poderes vinculados a la naturaleza empezaron a cambiar para reflejar la intención de las voces en su cabeza, y con esfuerzo, ahora puede adoptar la forma de un dragón muy joven, emulando los seres que admira y adora con todo su ser. Corvus no tenía idea sino hasta mucho después, de que su historia había sido escrita milenios antes de su nacimiento.
Corvus Storileq es un shifter druida con el arquetipo Campeón de la Profecía y el trasfondo ermitaño.