Katarzyna, la bruja protectora del bosque, había sido maldita y encerrada en su propia cabaña mágica por unos «despreciables» seguidores de la Flama de Plata. Tras haber enfrentado los riesgos de la maldición y recolectado los ingredientes necesarios para liberarla, decide negociar con nuestros héroes un pacto de no agresión. Para mostrar buena fe y convencerlos, les ofrece objetos mágicos que tiene en su bóveda. El pacto es cerrado con sangre.

Liberados al fin, la unidad del Argentum se dirige al norte, siguiendo las señales que los dirigirían a la región de Nephalia, en donde otra fuente de horror se ha formado recientemente de acuerdo al mapa de Ludovic. Al salir del bosque dirigiéndose al encuentro del río que pueden ver en el mapa, una especie de extraño campamento se impone entre ellos y una lúgubre torre.

Son recibidos por un alegre y carismático individuo que explica que el campamento es en realidad una feria itinerante. Intrigados, nuestros héroes se muestran suspicaces: entre los detalles que más los intrigan son la enorme cantidad de sabuesos, un oso atrapado con mirada triste y la ausencia de público. El misterio no duraría mucho: los miembros de la feria caerían en estupor y los perros empezarían a atacar a los héroes con toda la furia posible mientras el director del carnaval se revelaba a sí mismo con un ilítido. El enfrentamiento podría haber sido terrible, pero desterrarlo les proporcionó el tiempo necesario para dedicarse a los sabuesos, que eran en realidad devoradores de intelecto. Lo único que los separa del horror de Nephalia es la torre, en donde debe estarse refugiando.

La torre, sin embargo, no sería accesible fácilmente, y un error de interpretación, llevó a nuestros héroes a bloquear la entrada secreta por horas… y aventurarse desde la cima no resultó siendo una buena idea que Gus por poco no sobrevive al encontrar un ángel aberrante en el interior. La criatura parecía alimentarse de energía gracias a una máquina éldrica en el primer piso de la torre, y jugaba a consumir los recursos de los héroes para poder eliminarlos más fácilmente. La batalla que sigue tuvo diversas fases y muchos momentos en que las esperanzas de triunfar se hacían cada vez más pequeñas… pero lograron vencer. Al alejarse de la torre temiendo que la máquina en su interior estallara matándolos y enterrándolos en vida, una voz se proyecta en sus mentes, interrumpiendo momentáneamente la urgencia de alejarse del lugar.

«Ahora que ya acabaron por aquí, quizás quieran dejarme en paz a cambio de algunos detalles que podrán ayudarlos en el futuro no muy distante… después de todo, el enemigo al que se enfrentarán podría ser también mi enemigo.»

Lili se detiene en seco, respondiendo: «Si eres un enemigo de la fe, la única razón para detenerme es para enfrentarme a ti.» Gus mantiene su invisibilidad temiendo que sus compañeros hagan otro pacto con un agente maligno. Zera desenvaina su espada, retando a quien se esconde: «Preséntate, deja la cobardía de lado, y habla frente a frente y veremos cuál será tu destino.» Zolthar exige información sobre el ángel y Audin lo amenaza exigiendo saber si quien les está hablando es quien corrompió al celestial. La voz no vuelve a ser percibida otra vez.

Tras haberse enfrentado a los licántropos en Kessig, los vampiros de Stensia y las aberraciones de Nephalia, el único punto en el mapa además de Atur es Gavony, en donde las anotaciones mencionan banshees, revenantes y espectros. El Cardenal Krozen aun no ha respondido el mensaje de Elisabet, y aun falta saber qué sucedió en Atur durante la visita del Ángel Protector, para lo que Gus encargó algunos locales prestar especial atención. El verdadero rol de esos cuatro focos de horror aun debe ser revelado junto al significado de la frase «¿Qué pasó en Hanweir?». Todo podría estar vinculado a la misteriosa desaparición de Thalia… si tan solo encontrar a alguien que sepa de ella fuera posible…