La Lealtad de Ravnica

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Ha pasado solamente un año desde la Terrible Expiación, pero parecieran décadas. La ciudad de Ravnica aun no se recupera del trauma vivido cuando las criaturas que amenazaban los límites de la ciudad encontraron un camino que los llevó directamente a su centro. Todos los gremios habían unido fuerzas para mantenerlos a raya fuera de la urbe, pero se vieron flanqueados y diezmados en cuestión de minutos. Pocos saben que mientras los Señores de los Gremios dirigían la defensa de la ciudad de la horda de fragmentados, un avezado grupo de aventureros atravesaba el Laberinto Intrínseco para poder encontrar la criatura que atraía a la horda hacia el centro de la ciudad y menos aun saben que también buscaban reactivar el Pacto entre Gremios y de esa forma potenciar los poderes de sus firmantes. Sólo un puñado de individuos saben que una de esos aventureros era en realidad un agente Dimir buscando hacerse con el poder del Pacto para beneficio de su gremio.

No había a dónde huir. El desquiciado plan de Nebun había tenido éxito a pesar de haber sido descubierto a tiempo. Sus criaturas invadieron la ciudad en una marea de violencia y destrucción que en cuestión de horas dejó las calles cubiertas de sangre y vísceras. La población no afiliada quedó literalmente diezmada: los pocos que se salvaron se escondieron en lugares que eran muy pequeños para que los fragmentados puedan entrar. Dentro de los gremios, la matanza fue igual de salvaje, pero quizás ligeramente menor en sus resultados: los más poderosos miembros de cada gremio fueron capaces de defenderse a sí mismos y sus allegados, pero su lealtad cambió radicalmente durante la batalla… si es que podemos describirla como tal. El holocausto hizo que los sobrevivientes perdieran su identidad gremial para individualizarse y protegerse.

La Terrible Expiación, como ahora es conocida, duró hasta el amanecer. Las criaturas en su insaciable voracidad perecieron al amanecer al no poder seguir alimentándose de más víctimas, o quizás haya sido la luz del amanecer lo que las debilitó. Le llevó varios días a los sobrevivientes darse cuenta que era seguro salir de sus escondites. Les tomó varias semanas limpiar los restos de las víctimas y tan solo recientemente la reconstrucción de la ciudad ha empezado. Los gremios intentan volver a formarse desde sus pocos sobrevivientes, que han optado por unirse en busca de protección y recursos, ya no tanto por una lealtad que se ha debilitado a punto de desaparecer. Ravnica ya no es la misma que celebró sus diez mil años de fundación. La ciudad vive en una anarquía pacífica proveniente de la falta de un gobierno central. La autodenominada Gran Canciller es la única persona con el poder y la influencia necesarias para mantener el orden, aunque sea más por inacción que por su rol activo. Para los que se preocupan por ello, es como si un gobierno en las sombras dominara todo lo que sucede en Ravnica.

Es en estas circunstancias que un recurso desconocido hasta el momento ha aparecido. Llamado simplemente «elixir», se trata de una sustancia mágica iridiscente que ha mantenido el poder y la vida dentro de Ravnica en estos tiempos inciertos. Puede ser obtenido en diversas formas, incluyendo cristales, líquidos y vapores. Como solución, parece como si el cosmos hubiera sido destilado y empujado a través de un tamiz, dejando solo los elementos básicos de la existencia en una sustancia que no es líquida, sólida ni gaseosa, sino más bien magia pura condensada. Su sabor se describe como «efervescente y limpio, cítrico brillante y dulce sin ser empalagoso». Basta un sorbo para hacer que una criatura sea más fuerte y resistente, pero demasiado puede volverlos imprudentes. Tiene efectos curativos y restauradores también, pero sin duda lo más impresionante es la oleada de magia que recorre el cuerpo de quien lo ingiere, exigiendo liberación.

Sólo cinco individuos conocen el origen del «elixir» y guardan el secreto muy bien. Poco a poco están infiltrando los gremios de Ravnica con sus propias organizaciones, y los rumores sugieren que están sembrando los elementos necesarios para hacerse con el poder en la ciudad, uno basado en la lealtad a una familia. Una de sus familias, claro. Estas cinco familias se están estableciendo para dominar las industrias de nicho y controlar el territorio en diversas zonas de la ciudad, operando tanto a la vista de los demás como en secreto. La flexibilidad, las misiones, el subterfugio y los favores al mirar hacia otro lado es clave en esta nueva era. Mientras ningún gremio ni ninguna familia intente tomar demasiado para sí misma, tampoco lo harán los demás.

Es hora de determinar la nueva Lealtad de Ravnica.

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