¡Bienvenidos de vuelta a Codex Anathema! Nos tomamos unos días de descanso a inicios del año, pero el trabajo no espera, y felizmente los hobbies tampoco. Junto a las buenas noticias de que Editorial Salvat acaba de lanzar el coleccionable Dungeons & Dragons Adventures en España (lo que hace mucho más fácil para mí conseguirlo), hemos decidido reiniciar nuestras actividades aquí en el blog con el primer feriado rolero: El Día de Apreciar a un Dragón. No nos pregunten por qué el año pasado no hicimos algo semejante, la verdad no lo sabemos; pero el 2022 homenajeamos a Nicol Bolas y antes de eso realmente no sabíamos que el 16 de Enero tenía esta connotación.
Themberchaud, el Wyrmsmith de Gracklstugh, es un dragón rojo adulto aliado de los duergar de Gracklstugh en la sección más norteña de la Infraoscuridad en los siglos XIV y XV DR, aunque varios relatos locales lo ubican en la Ciudad Colgante de Dolblunde. La leyenda que él mismo alimentó por siglos afirma que usó su aliento de fuego para calentar las grandes forjas de la ciudad y templar las famosas hojas de acero fabricadas por los enanos grises de Gracklstugh, cuyos Guardianes de la Llama lo atendían e incrementaban su tesoro. Esta orden monástica de sacerdotes duergar psiónicos obedecía todos sus caprichos, o al menos aquellos que estaban dentro de los términos del pacto entre el dragón y la Casa Steelshadow, lo que incluía defender su tesoro mientras trabajaba en las forjas. Y así lo mantuvieron feliz por mucho tiempo, además de sumamente rico y cada vez más gordo.
Al igual que muchos dragones rojos, Themberchaud es orgulloso y vanidoso, y su ego es tan grande que se considera imposible que alguien no estuviera de acuerdo con sus órdenes. Cuando alguien lo hacía, simplemente lo quemaba y continuaba con normalidad. Aunque bien mimado por los Guardianes, estaba cada vez más descontento con su suerte. Enorme incluso para un dragón de su edad, Themberchaud tiene un obvio y visible sobrepeso en tal medida que apenas podía caminar, mucho menos volar, lo que podemos ver en la película «Honor entre Ladrones».
Su guarida está interna en una caverna lateral de Gracklstugh, fuera de la vista de los visitantes. Siempre sentado sobre todo su tesoro, en algún momento se estimó que éste contenía 70.000 piezas de oro, seis ópalos de fuego valorados en mil piezas de oro cada uno, diez peridotos de 500 cada uno y treinta granates de 100 cada uno, así como objetos mágicos e incontables pociones.
A finales del siglo XV, Themberchaud se había vuelto más fuerte, inquieto, descontento con el limitado suministro de oro y alimentos, y más resistente al control de los Guardianes, y había comenzado a tener ideas de dominar toda la ciudad por sí mismo. Ya era consciente durante algunos años de que los Guardianes le ocultaban cosas, pero decidió observar y esperar antes de confrontarlos. Mientras prestaba más atención a los asuntos de la ciudad, había comenzado a intentar reclutar agentes personales fuera de los Guardianes y buscaba mercenarios capaces que pudiera reclutar como sus agentes. No sabía que, como les había sucedido a los Forjadores del pasado, los Guardianes planeaban matarlo antes de que se volviera demasiado poderoso y reemplazarlo con una cría débil y flexible.

Honor entre Ladrones
A pesar de que se pensaba que estaba atrapado en Gracklstugh debido a su enorme tamaño, a finales de la década de 1490 Themberchaud parece haber escapado de alguna manera de su cautiverio, ya que apareció en las lejanas ruinas de la ciudad gnoma de Dolblunde, que es donde Xenk supuso que debía haber encontrado una nueva guarida. Irrumpió frente a Xenk Yendar, Edgin Darvis, Holga Kilgore, Simon Aumar y Doric mientras luchaban contra Dralas y su banda de asesinos. Themberchaud se encargó de los asesinos no-muertos simplemente engulléndolos mientras se deslizaba por un montón de huesos sobre su vientre, pero luego dirigió su atención a las presas vivas, persiguiéndolas alrededor de las ruinas y sus puentes, escupiendo fuego siempre que tenía una llama disponible. En un momento, incapaz de volar hacia arriba, empujó un puente hacia abajo, lo que provocó que Edgin se deslizara hacia sus fauces y se detuvo solo cuando Xenk saltó heroicamente y clavó su espada en la cabeza de Themberchaud, aunque sin causar daño grave. El dragón se recuperó y los persiguió hasta una cueva estrecha, pero no pudo pasar la cabeza. Para poder escapar, Edgin idea un plan que funcionó: Holga atacó al dragón enfureciéndolo para que produjera más gas, y luego los hizo agacharse bajo el agua mientras Simon producía una llama de la punta de su dedo para encenderlo. La explosión abrió un canal de agua que liberó a los aventureros y que probablemente le dio a Themberchaud un baño muy necesario.
Cabe señalar que la aparición de Themberchaud en la película de Dungeons & Dragones es mucho mayor en longitud y altura (¡y en peso!) de lo que debería ser un dragón rojo típico de su categoría de edad, siendo más comparable a un gran wyrm. Podemos intuir que fue ampliado en la pantalla para lograr un efecto más dramático. No conocemos el motivo de la aparición de Themberchaud en Dolblunde tanto en la película como en la novelización: es especialmente extraño ya que se estableció previamente que no puede abandonar Gracklstughl debido a su tamaño.
Siendo el 20° Aniversario de Eberron, decidimos hacer un pequeño listado sumamente arbitrario de diez dragones que puedes ver y comentar en nuestras redes. ¿A qué dragón vas a apreciar tú este año?
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