Octubre ha llegado y con él los acostumbrados temas de horror y Halloween. Mientras los jueces deliberan sobre las entregas del Primer Concurso a la Creatividad Rolera, nosotros nos dedicaremos este mes a visitar Innistrad, el plano que en Magic es sinónimo de terror clásico. Visitaremos sus diversas provincias y las transformaremos en dominios para que puedas jugar aventuras al mejor estilo de Ravenloft. Sin más ni más, bienvenidos a Innistrad.
Cuando la luz se apaga y la luna se eleva, la humanidad se convierte en presa. Las manadas de hombres lobo son anunciadas por la luna llena, su humanidad arrasada por una rabia animal. Las familias de vampiros muestran sus colmillos ante el olor de la sangre humana. Hordas de muertos vivientes se tambalean tanto por las mansiones como por páramos, impulsadas por un hambre innata por los vivos. Las abominaciones creadas experimentalmente cobran vida en los laboratorios de los alquimistas. Los espíritus acechan a los pueblos humanos apiñados y aterrorizan a los viajeros a lo largo de oscuros cruces de caminos. Desde las profundidades de Innistrad, poderosos demonios y diablos traviesos traman la caída de la humanidad.
Los humanos de Innistrad han hecho todo lo posible para defenderse. Forman turbas con antorchas para limpiar las abominaciones con fuego. Entrenan a santos guerreros especializados (llamados cátaros) para contraatacar los horrores sobrenaturales. Pero por encima de todo, blandieron el poder de la Iglesia de Avacyn. La Iglesia lleva el nombre de su líder, el poderoso arcángel Avacyn, que salvaguarda a la humanidad y le permite coexistir con sus depredadores sin que uno de los bandos se sobreponga al otro.
Los recientes años se han vuelto más tumultuosos. Primero, el demonio Griselbrand atrapó a Avacyn en el Helvault con él, debilitando la fuerza de los ritos que la invocaban y disminuyendo las defensas de la humanidad contra los horrores de la noche. Cuando la situación estaba en su peor momento, con ejércitos zombis marchando sobre la ciudad alta de Thraben, el Helvault se rompió y Avacyn fue liberada. Pero tan pronto como ella pudo restaurar algo de paz y equilibrio en Innistrad, una nueva amenaza se cirnió sobre el horizonte, amenazando con perdición eterna. Al final, el arcángel Sigarda tomó el control de los ángeles incorruptos que cuidan a la humanidad, mientras que Emrakul fue desterrada a la luna plateada de Innistrad gracias a la intervención de la Gatewatch.
Sin embargo, a partir de dicho evento, el equilibrio entre el día y la noche en Innistrad se vio alterado. Con el sol saliendo más tarde y poniéndose más temprano cada día, y los días haciéndose más fríos, las criaturas de la noche están intentando dominar el mundo. Con la oscuridad antinatural también ha se ha iniciado una extraña helada sobrenatural que ha comenzado a cubrir el mundo. Sin Avacyn, los humanos de Innistrad han comenzado a enfocarse hacia medios de protección más antiguos y tradicionales, como la brujería. Temiendo la noche eterna, los ciudadanos han decidido recurrir al festival de Harvesttide y realizar un ritual con brujos del Aquelarre de Dawnhart para restablecer el equilibrio.
Las cuatro provincias
Innistrad se divide en cuatro provincias llamadas Gavony, Kessig, Stensia y Nephalia, con un desierto inexplorado que se extiende más allá de ellas.
Gavony es la provincia en donde la humanidad permanece más segura, protegida por las grandes murallas de Thraben. Si bien algunos poblados en el exterior suelen ser asediados, Thraben y su massiva Catedral permanecen relativamente seguros. Las ciudades más pequeñas se extienden hacia el exterior desde Thraben a través de los páramos rocosos de Gavony, mientras que pequeños bosques con árboles altos salpican el paisaje de colinas y brezales. Con Avacyn desaparecida, los espíritus de los muertos se levantan en masa para atormentar a los vivos. Debido a que hay más cuerpos enterrados aquí que en cualquier otro lugar, Gavony está plagado de hordas de muertos vivientes en constante crecimiento. Tanto invocadores de necrófagos como grapadores de cadáveres ejercen su impío oficio dentro de los muros de Thraben mientras diversos cultos secretos conspiran para servir a poderes demoníacos.
La provincia de Stensia es la más oscura de Innistrad, tanto literal como figurativamente, pero también la más dramática, la más legendaria y la más inexplorada. Sus valles van desde pastizales hasta pantanos negros en los que diversas coníferas muertas se hunden lentamente. Sus tierras centrales boscosas, plagadas de volutas de niebla espesa, muestran colores que van del verde oscuro al púrpura y al gris anaranjado. Sus lejanas montañas índigo y negras desaparecen en las nubes, y los humanos solo pueden imaginar lo que habita en los picos cubiertos. El sol nunca parece atravesar las nubes de colores extraños de Stensia, cuyos poderes dominantes (los linajes de vampiros) cosechan los beneficios de su aislamiento. La cordillera de Geir Reach que domina la provincia separa los valles entre sí, haciéndolos más fáciles de monitorear y controlar. Los sufridos humanos de Stensia tienen una lealtad ilógica a su tierra natal, pero a decir verdad, la mayoría tiene pocas opciones: están atrapados entre los estrechos pasos montañosos de la provincia a la vez que están atados a su larga vida de pastoreo y recolección.
Los habitantes de Innistrad interesados en el comercio se sienten atraídos hacia Nephalia. Incontables caravanas de comerciantes recorren las concurridas rutas comerciales entre las ciudades, y alquimistas y nigromantes sin escrúpulos trafican con artículos nefastos a través de su mercado subterráneo de cadáveres. Muchas de las ciudades portuarias de Nephalia están sujetas a la omnipresente Nebelgast, la niebla empapada de sal que entra y sale con la marea, trayendo consigo una gran cantidad de espíritus provenientes de naufragios sin nombre. En esta región, tanto los grapadores como los invocadores de necrófagos pueden encontrar lugares apartados en los que practicar su arte con poca interferencia de personas sospechosas o figuras de autoridad. Ambos deben permanecer muy reservados, ya que su comercio todavía es temido dentro de la población humana en general. Sin embargo, los vampiros de Stromkirk y los comerciantes de Nephalia ven dinero por hacer, por lo que sus baratijas arcanas y servicios oscuros son tolerados siempre que sigan siendo solo un rumor.
La provincia de Kessig consiste en tierras de cultivo onduladas rodeadas por bosques densos y oscuros. Estos bosques esconden hombres lobo, espíritus y otras amenazas monstruosas, mientras que las tierras de cultivo sustentan un medio de vida rural difícil para los humanos. Los pobladores son autosuficientes, pragmáticos y francos. Dependen de su fe sincera en Avacyn y de su rústica magia popular, y no confían en los funcionarios de Thraben ni en los comerciantes de Nephalia. Sin embargo, debido a su aislamiento, Kessig puede ser la provincia que se encuentra más amenazada por fuerzas diabólicas. Ahora que la influencia de las protecciones de Avacyn está menguando, nada impide que las manadas errantes de hombres lobo y los espíritus luminosos y chillones invadan las aldeas rurales. Quienes viven aquí ahora contemplan los peligrosos caminos que salen de la provincia, afligidos por demonios, sopesando los peligros de viajar a medida que se acerca la luna llena.
Nos vemos en Innistrad.
Clerigo de la vida «is in the house»
Por alguna razón siempre pensé en Avacyn como el darklord de Innistrad, hablando en términos ravenloftnianos.
Tienes que dirigir una aventura en este hermoso lugar, lleno de situaciones de terror/horror (nótese mi gusto por el terror); ya me veo roleando a un clérigo de la paz o aun warlock celestial.